martes, 11 de enero de 2011

Periódicos y poesía

Además de información más o menos objetiva, un periódico puede contener una novela por entregas (las de Dickens se hicieron famosas en la Inglaterra victoriana gracias a ese formato; y ahora tenemos Wikileaks); pero también poesía. Y lo digo no sólo por las columnas de Manuel Vicent en el diario El País (la última del valenciano, titulada "Ver la luz", es sencillamente memorable), sino por otras noticias que, gracias a la forma en la que están redactadas o a su propio contenido, nos trasladan a otros mundos sensibles que van más allá de la mera realidad. Así:

Un caravaggio ("La Natividad") fue robado a pie de altar en una noche tormentosa de 1969, y desde entonces preside las reuniones secretas de la Cosa Nostra.


Los maoríes se acuestan al lado de las ballenas varadas en la playa para que no mueran solas.

Un legionario español nada hasta Ceuta tras perder el pasaporte en Marruecos.

Yongle Dadien, la gran colección de la era china Yongle del siglo XV, escrita por 2.104 redactores y compuesta por 11.000 volúmenes (bastantes más que los que componen L'Encyclopédie, la Enciclopedia Británica o la Larousse), que recogían todo el saber hasta la época. La colección fue reducida a cenizas durante la guerra de los bóxers.

Y bueno, podría añadir el de Shakira se va a Piqué (creo que salió en El mundo). Poético no es, pero ocurrente...

jueves, 6 de enero de 2011

De la vida alegre

Fueron al cine a ver la última película de la Bollaín. Y les gustó, vaya que sí.

A la salida, pasearon por el centro de un Madrid levemente lluvioso. Tomamos algo, dijo él; vale, acordó ella. Entraron en una pizzeria de Lavapiés, por la que tantas veces pasaran de largo. La pizzas estaban más que buenas, también el vino que las acompañaba. El camarero, oriental, era eficiente y encantador.

Hablaron de la peli recién vista y de Liniers, al que ella conoció en Buenos Aires. Al rato, una familia se sentó en la mesa de al lado. La niña, entre aburrida y curiosa, les miraba con descaro; ellos contraatacaron y le preguntaron cómo se llamaba y qué pizza elegiría. Y así, entre bromas y risas, aquel espacio se tornó ligero, risueño. Hasta los padres de la criatura, serios al principio (igual pensaban que aquellos dos eran secuestradores de niños, o algo), terminaron por participar en la comedia.

A veces la vida es así de sencilla. Sin ñoñerías casapraderiles, uno disfruta de todo y de todos, y consigue que lo que le rodea adquiera ese halo de facilidad, de armonía. Algunos hablarían de la ley de la atracción. Otros, del cumplimiento (al menos parcial) del sabio precepto de Montaigne:

La sabiduría consiste en una alegría continua.